El legado de Finlay y la fuerza de un país

Estimada Rectora, colegas y amigos:

La Oración Finlay, para bien, se ha convertido en una tradición en nuestra universidad. Una tradición trasciende por la transmisión de creencias, costumbres, ideas de unas generaciones a otras, y es ahí donde radica nuestra gran responsabilidad. Esta Universidad representa no solo el privilegio, el honor de llevar el nombre de un hombre grande, sino también la enorme responsabilidad de sembrar en las nuevas generaciones de profesionales y técnicos de la salud las ideas y valores de esa personalidad histórica que sigue siendo fuente de inspiración.1

Una de las primeras cosas que resaltan en la vida de Finlay fue la amplitud, diversidad e intensidad de sus estudios y ocupaciones. Son numerosos los artículos que abordan su vida y que resaltan la trascendencia de su obra.1,2 El mundo científico reconoce el valor del aporte hecho al avance del conocimiento médico.3

Hoy pudiera hacer un recorrido y hablar de Finlay y sobre el desarrollo histórico de la salud pública cubana, pero me gustaría centrarme en el legado de Finlay y la fuerza de un país Cuba, en estos dos últimos años.

Finlay dejó un legado para la ciencia cubana y universal con su descubrimiento de la transmisión de enfermedades a través de un agente independiente de la enfermedad y del enfermo, o sea, lo que actualmente conocemos como vector. Es en la búsqueda de cómo detener el contagio donde sus trabajos se convierten en el brillante antecedente de lo que sería la vacunología cubana.4

El avance científico y tecnológico hoy es más intenso y amplio que en cualquier época anterior, pero los riesgos de este avance colocan a las sociedades ante incertidumbres existenciales profundas.5) En Cuba, el impacto social de la ciencia y la tecnología constituye un tema de actualidad y de particular interés, toda vez que el desarrollo de esta actividad tiene como objetivo principal la sociedad y, por ende, el propio hombre.

Debe destacarse que el conocimiento continúa siendo la "materia prima" para la producción de tecnologías y, por tanto, constituye la fuente de la innovación tecnológica. Hoy día el trabajo de la ciencia tiene como punto de partida la existencia de un problema científico que demanda solución.6

Un claro mensaje nos dejó Finlay, el compromiso del hombre de pensamiento con la transformación de la realidad para bien del pueblo, expresión sublime del humanismo que han puesto muy en alto varios científicos cubanos de diversas disciplinas y áreas del saber.1

En la agenda 2030 y los objetivos de desarrollo sostenible se hace alusión a la salud y bienestar y se hace un llamado a garantizar una vida sana y promover el bienestar de todas las edades y contempla entre sus metas el apoyar las actividades de investigación y desarrollo de vacunas y medicamentos contra las enfermedades transmisibles y no transmisibles.7

El Instituto Finlay y los otros centros de biotecnología cubanos comenzaron a desarrollar sus propias vacunas anti COVID-19 con la esperanza de que al menos una de ellas fuera efectiva. En el mes de mayo del 2020, las condiciones para enfrentar un proyecto de vacuna específica estaban creadas: en primer lugar, los conocimientos acumulados internacionalmente sobre el virus y la enfermedad; en segundo lugar, el control de la pandemia logrado en Cuba. El 19 de mayo, en un memorable encuentro con el presidente Díaz-Canel, se adicionó un tercer elemento. Él pidió que la tarea que permitiría cerrar el exitoso papel de la ciencia cubana en el enfrentamiento de la pandemia fuera la vacuna específica, y que Cuba necesitaba tener soberanía.8 A partir de esa fecha, en el Instituto Finlay de Vacunas no descansó. Surgen de esa forma 4 proyectos de vacunas, basados en el conocimiento confirmado en ese entonces.4

Las vacunas aprobadas y los candidatos vacunales, han sido un resultado extraordinario de la ciencia cubana, posible gracias al nivel científico-técnico de nuestros investigadores, a la colaboración entre diferentes instituciones científicas, al profesionalismo de los equipos de investigación clínica, a la confianza de los miles de voluntarios que han participado en los ensayos clínicos y a la prioridad dada por el Gobierno.6

La COVID-19 ha sido una experiencia muy difícil para todos y este es nuestro mayor homenaje a la memoria del más ilustre de los científicos cubanos, y aunque cumplido su legado y con muchos retos aún en el camino nos ha servido para saber que aún hay mucho por hacer.

¿Qué nos depara el mañana? No lo sabemos aún, pero pido por todos, con fe: pido inteligencia para el ser humano en todo lo que haga, piense y quiera. Paciencia y humildad, desprendimiento, sabiduría y fortalezas para actuar. ¡Qué seamos grande en lo pequeño! ¡Qué tengamos siempre el corazón alerta, el oído atento, las manos y las mentes activas, el pie dispuesto!

Qué continuemos todos ayudando al prójimo y haciendo toda clase de buenas obras, que nos enfoquemos en la solución y no en los problemas, que el futuro no nos sea indiferente y que cada dosis de conocimiento esté acompañada de una porción de sabiduría para manejar todo adecuadamente.

Creo en Finlay, creo fervientemente en la Ciencia cubana, creo en ustedes y en cada uno de los que por alguna razón hemos perdido.

La muerte solo existe para los que ven en ella el fin de la vida; para los que inscribieron páginas de gloria y amor al prójimo resulta solamente un paso a la posteridad.9) Finlay vive en su legado. Nos toca a todos continuar enalteciendo su obra, nos toca a todos desde la educación de las nuevas generaciones de profesionales de la salud, enseñarlos y motivarlos a pensar y actuar, nos toca a todos lograr una ciencia sana, humilde y sostenible.

Comparto con ustedes un fragmento de la última página de la Edad de Oro, de José Martí: «Se es bueno porque sí; y porque allá adentro se siente como un gusto cuando se ha hecho un bien, o se ha dicho algo útil a los demás. Eso es mejor que ser príncipe: ser útil».10

Gracias a todos, gracias a la Rectora de nuestra Universidad por darme esta oportunidad, por pensar, creer y confiar en mí. Gracias al Universo y a la vida por estar hoy aquí. A todos absolutamente a todos Gracias.

Feliz día por el Día de la Medicina latinoamericana y les regalo lo que Finlay nos legó: la fuerza de un país.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Historial:
  • » Recibido: 19/09/2021
  • » Aceptado: 24/01/2022
  • » Publicado : 31/01/2022


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